viernes, 4 de noviembre de 2016

Se cerro esa puerta

Se hizo serrín el ánimo, justo delante de la puerta en que los guindos se lucían ya de primavera plena. Se apagó la luz de su risa y llenó de piedras los bolsillos de su chaqueta. Sopló la vela que jugaba con los sombreros que bailaban como marionetas, dibujando figuras que nunca estaban quietas. Se fue quedando sin fuerzas mientras veia su ánimo escapando por las puertas entre abiertas. Su mirada se diluía entre lagrimas secas, mientras pensaba en cuanta hermosura le regalaba esta primavera que resplandecía de olores y de colores estaba llena, mientras se le escapaba el tiempo y llenaba los ojos de tierra.